El grupo cefalópodo surge en un teatro.
En medio de la representación de una obra suena un móvil, alguien lo descuelga y contesta la llamada.
Uno de los actores, que tiene que suicidarse en la próxima escena y lleva una pistola (supuestamente descargada o de mentirijillas), baja del escenario y, avanzando entre el público, se acerca al espectador que continúa hablando por el teléfono y le pregunta si va todo bien.
El espectador le contesta que sí y cuelga. ¿Era urgente?. No, un amigo quería saber dónde veremos el partido mañana.
El actor le contesta que su equipo perderá 5-0 y le revienta los sesos de un disparo.
El resto de los espectadores aplaude creyendo que la escena forma parte del espectáculo.
Los espectadores que están junto al muerto gritan que es sangre.
Los aplausos aumentan y se confunden con los gritos hasta conseguir un gran estruendo.
El actor vuelve al escenario, agradece los aplausos y exclama: larga vida a Josef K. Se le une el resto de actores del reparto.
Alguien grita: Llamen a una ambulancia. Otro grita: Ya no hace falta.